Desde que somos infantes nuestros padres nos enseñan la importancia que tiene el recordar aspectos importantes para nuestra vida, por ejemplo, nuestro nombre, dirección, nombre de nuestros padres e incluso, un número de teléfono en dado caso nos encontremos en alguna emergencia. Estos datos se vuelven imprescindibles desde el primer momento que entendemos su relevancia, muy probablemente nunca olvidemos nuestro nombre (por supuesto, refiriéndonos a una condición estable de nuestra fisiología), y todos estos datos que facilitan una identificación. Ahora bien, ¿por qué hablar de esto?, este ejemplo permite comprender aspectos relacionados a la memoria. El ejemplo anterior es importante dada su cercanía con la relevancia social que tiene el aprendizaje que, día con día, se va desarrollando, es decir: aprendemos un secuencia de 10 dígitos aleatorios (que no es nada sencillo, incluso para adultos con un desarrollo cognitivo maduro) debido a que serán estos números quienes nos puedan salvar de un accidente al comunicarnos con nuestros padres. Empero, ¿qué pasa con el conocimiento que aprendemos en la escuela?, es muy común entre los pasillos escuchar la frase: ¿Y eso para que nos va a servir?, ¿me servirá conocer en mi vida cotidiana qué es un sustantivo y un predicado?, ¿tiene alguna utilidad saber calcular la raíz cuadrada de un número X?
Seguramente nuestros hijos en algún momento de su educación se lo han planteado, y es normal, no habría porqué castigarlos, sino todo lo contrario. Estas preguntas son la apertura idónea para poder ejemplificar, explicar e idealizar la verdadera significancia de la educación. Esta es el constructo que busca dotar al individuo de conocimientos que lo vuelvan un ser independiente, y funcional en la sociedad, las matemáticas nos sirven en todo momento, si no probablemente cada que vamos a la tienda terminaríamos quebrados; el español nos sirve para poder comunicar nuestras ideas y sentimientos, si no pasara así probablemente no podríamos pedir perdón nuestros seres queridos; conocer los valores, derechos y obligaciones nos permite exigir que se nos respete tal y cómo somos ante cualquier otro ser, eso en la actualidad se yergue como un ideal imprescindible.
Esto se puede sintetizar en que debemos de siempre mostrarle a nuestros hijos el valor y, lo más importante, la utilidad oculta en los canales de información que reciben, y no solo a nivel básico, también a nivel bachillerato o licenciatura; probablemente en esto niveles, no baste decirles que para su futuro, sino recurrir a la explicación de que aquel aprendizaje cuenta con una utilidad de índole profesional, laboral. Sin más, recordemos en todo momento que todo lo que aprendemos, dentro y fuera de la academia, nos convierte siempre en seres mejores.

Autor Brandom