La ira es una emoción tan necesaria como cualquier otra. Se trata de un sentimiento de enfado de intensidad variable, lo que quiere decir que puede ir desde una simple irritación hasta un enfado intenso.

No podemos evitar estos sentimientos, por lo que debemos aprender a vivir con ellos para que puedan trabajar a nuestro favor y no en nuestra contra. ¿Por qué no aprendes esto de niño? A menudo, cuando estamos enojados, actuamos agresivamente. Y esto es especialmente cierto para los niños, que no tienen las habilidades para lidiar con estas emociones. Debido a su edad, no han aprendido a hacerlo correctamente.

¿Que puedo hacer en caso de ira? 

Sostén la cama.

Dirigido especialmente a los padres, ya que como adultos, es importante que no perdamos el control de nuestras emociones frente a los niños. Recordemos que ellos aprenden de nosotros y debemos ser modelos a seguir para que adquieran estas habilidades.

Ayude a su hijo a reconocer la ira.

Es muy importante que nuestros hijos reconozcan este sentimiento así como todos los demás,ya que si un niño no puede reconocer sus sentimientos, le será difícil lidiar con ellos. Para hacer esto, podemos enseñarle las señales de nuestro cuerpo que nos advierten que estamos enojados, por ejemplo: el corazón parece latir más rápido, los músculos están tensos, la respiración se vuelve más rápida y superficial, comenzamos a sentirnos inquietos, etc.

Aprende a respirar lenta y profundamente.

Esto puede parecer una cosa pequeña y sencilla. Y, aunque pueda parecer difícil imaginar que lo podamos implementar en nuestros pequeños para que se tranquilicen, dejame decirte que, ¡en su mayoría, funciona! Para ello hay que enseñarle al niño a respirar lenta y profundamente en solo tres pasos:

 

1. 1. Inhala hasta aspirar aire en la parte inferior de los pulmones (para ello necesitas meterlo en el estómago, como si fuera un globo).

1. 1. Conten la respiración en tu vientre durante cuatro segundos. 

1. 1. Suelta lentamente el aire por la boca con los labios entreabiertos, imaginando que el enfado se va de nuestro cuerpo cuando respiramos.

Nota importante: Haz notar al niño que todo tiene consecuencias, por lo que debes pensar antes de actuar. Es por ello que es indispensable que tomemos en cuenta que: cualquier opinión puede ser tolerada, pero no cualquier comportamiento. No podemos tomar la opinión de un niño a la ligera, lo que sienten nuestros pequeños es algo que no debemos suprimir ni juzgar. Pero, por supuesto, el niño debe comprender que debe detener el comportamiento destructivo.

AUTORA BLANCA.